Si te pedimos que pienses en un gran líder… ¿quién se te viene a la cabeza? En la mayoría de los casos, son hombres quienes ocupan este top of mind, como pudo comprobar Tina Kiefer, profesora de comportamiento organizacional en la Universidad de Warwick en el Reino Unido, al pedir a sus alumnos que dibujasen a un líder eficiente. El resultado, en este caso, y en la multitud de ocasiones y lugares en los que se ha repetido este ejercicio, es la representación de un perfil masculino, tal y como explica Kiefer a The New York Times.
Cabe pensar, por lo tanto, que la capacidad de los humanos (hombres y mujeres) para reconocer el liderazgo emergente está condicionado por estos supuestos inconscientes sobre el género; uno de los múltiples obstáculos que debemos sortear las mujeres en esa carrera de fondo hacia el éxito profesional.
Estas creencias, entre otros factores, han provocado que el número de mujeres directivas en España se haya congelado en 2018 en un 27%, la misma cifra que en 2017, según datos del informe de Grant Thornton «Women in Business: ¿cumplir o liderar?». Esta triste noticia supone un freno en el avance, lento pero constante, que se venía registrando en los últimos siete años.
Con las cifras en la mano, muchas mujeres que así lo desean quizá vean su camino hacia la alta dirección como una carretera cuesta arriba… y llena de obstáculos. ¡Pero no debemos caer en el desánimo! Hay mucho por hacer, y el camino se hace andando.
En The Bold Choice llevamos tiempo trabajando en el desarrollo profesional femenino a través de diferentes programas e iniciativas y, desde nuestra experiencia, compartimos las habilidades que debe potenciar una mujer para convertirse en líder:
1. Autoliderazgo: el liderazgo de otros empieza por el de uno mismo. Ya lo sabemos. Es fundamental que aprendamos a gestionar nuestros propios pensamientos, emociones y comportamientos, y dirigirlos así proactivamente para alcanzar los objetivos que nos hayamos propuesto. Y en este sentido las mujeres aún tenemos camino que recorrer; entre otras cosas, ¡seguir avanzando en nuestra autoconfianza, en creernos de verdad todo de lo que somos capaces!
2. Determinación: ligado a lo anterior… Una de las mayores creencias que se nos ha inculcado a las mujeres es que (casi) tenemos que pedir perdón por tener éxito, lo que se traduce en ocasiones en un exceso de modestia y falta de determinación. Es hora de enterrar esta creencia: si quieres algo, ¡ve a por ello!
3. Marca personal: ser uno más es ser uno menos. Debemos aprender a poner en valor aquello que nos hace sobresalientes, destacar nuestra ventaja competitiva para poder ser vistas en un mundo global en el que, si la visibilidad del individuo es compleja, ¡no digamos la nuestra como mujeres! Algunas de mediana edad (según me cuentan…) aún recuerdan mensajes familiares del tipo “mejor pasar desapercibida. Es importante que no se note que sobresales, ¡ni por arriba, ni por abajo!”. Y, claro, ¡así nos va…!
4. Comunicación: a la hora de transmitir lo que queremos, nuestras ambiciones, así como qué somos capaces de hacer y poner en valor nuestro talento, trabajar nuestras habilidades de comunicación será clave. Sabemos que esto conlleva la ruptura de estereotipos, sí; pues además de ser empáticas y sensibles, ¡tenemos que ser asertivas! Dejemos claro, sin renunciar a lo anterior, qué buscamos y qué merecemos. Aún sorprende el silencio que en muchos foros, mayoritariamente masculinos, solemos presentar.
5. Networking: y, por último, ligado con lo anterior, para hacernos visibles, y que cuenten con nosotras, no olvidemos la importancia de sembrar relaciones profesionales y personales, y de cuidarlas. El networking es fundamental para nuestro desarrollo. Recordemos la importancia de reservar espacios para cuidar las relaciones y ampliar nuestra red de contactos. A veces nos excusamos con que las tareas personales y la familia no nos dejan tiempo para esto. ¿Seguro? Y a ellos, ¿por qué sí? ¿Os lo habéis planteado alguna vez? Ese “maldito” sentimiento de culpa aparece una y otra vez (y de esto no hablaremos ahora, ¡que da para todo un post!).
Así que… ¿manos a la obra? ¡Saquemos todo el talento que tenemos dentro y hagámoslo brillar!
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