Con motivo de la Semana Internacional del Coaching 2016, celebrada por ICF desde el 16 al 22 de mayo, recuperamos en el blog de The Bold Choice parte del artículo que nuestras directoras, Jane R. del Tronco y Noemí Vico, ambas miembros de ICF España e Internacional, escribieron para la revista Cuadernos de Coaching publicada en noviembre de 2015; donde nos hablan del papel del coaching en un proceso de marca personal.
Cuando se trabaja una Marca Personal, la persona es mucho más que los servicios profesionales que pueda ofrecer a un determinado mercado. Lo antropológico no puede quedar fuera, pues la parte más estratégica de su marca lo es en verdad de su propia vida: una llamada a descubrirse quién es, cuál es su misión y su visión, y cómo las hará realidad en su caminar como homo viator.
“Si tomamos lo que funciona para vender productos y servicios para vendernos como profesionales, quizás tengamos más éxito en nuestros propósitos” (Noemí Vico)
¿Cómo es un proceso de Marca Personal? ¿En qué puede ayudar un coach?
Existen diferentes modelos para trabajar el desarrollo de una Marca Personal. Tomando como referencia los que contemplan un enfoque más antropológico (dado que hay muchos que sólo se centran en la parte más comercial y, particularmente, en la identidad digital o reputación 2.0), digamos que todos podrían reflejan 3 grandes fases o áreas de trabajo:
◉ Fase de la coherencia o del “¿adónde voy?”: en la que el cliente define su misión y visión en la vida en general, y en el ámbito profesional en particular. Es la fase de las preguntas más profundas sobre el sentido de nuestra vida, nuestros valores, nuestra vocación y cómo queremos hacerla realidad. Mirar al mercado e identificar posibles oportunidades que encajen con aquello que nos apasiona servirá igualmente de guía.
◉Fase de la autenticidad o del “¿con qué cuento?”: en la que el cliente trabaja esencialmente en su autoconocimiento, descubriendo sus talentos. Definir su propuesta de valor (qué ofrece como profesional) según lo que su target (o público objetivo) demanda será un paso clave, así como identificar su ventaja competitiva en el mercado con respecto a otros profesionales del sector.
◉ Fase de la visibilidad o del “¿cómo me proyecto?”: como consecuencia de las dos anteriores fases, que por lo general suelen tener lugar de manera sincrónica, el cliente habrá definido lo que en términos de Marketing se reconoce como su “posicionamiento de marca”. Éste, como punto de partida de cualquier plan de comunicación, le servirá para concretar las acciones que le proporcionarán la visibilidad necesaria para alcanzar sus objetivos profesionales, con la combinación de medios y los mensajes más apropiados para la imagen que desea proyectar.
Como se puede deducir de lo anterior, son las dos primeras fases, la de la coherencia y la de la autenticidad, en las que el trabajo de un coach es fundamental. La persona está por encima de lo estrictamente profesional y la imagen que quiere transmitir, si bien esto tiene que ser coherente con su visión de vida en general y reflejar, además, lo que en realidad es y está llamado a ser.
Sin embargo, para trabajar la fase de la visibilidad, e incluso la parte más estratégica y comercial de las dos anteriores, no es imprescindible los servicios de un coach. Trabajar la Marca Personal implica un proceso estructurado y estratégico de desarrollo profesional y búsqueda de oportunidades en el que se combinan también herramientas de otras disciplinas, como el Management y el Marketing. Es más, si el cliente tiene claridad en sus metas y objetivos, y ya ha hecho un trabajo de introspección y autoconocimiento adecuado, normalmente lo que más necesita es el apoyo, la consultoría e incluso el entrenamiento de un experto con un enfoque más comercial y de negocio.
¿Qué herramientas de coaching podemos aplicar a un proceso de Marca Personal?
Claramente lo más potente del coaching para un proceso de Marca Personal no son las herramientas propiamente dichas, que habrán de adaptarse en todo momento a la realidad del cliente y sus necesidades; lo más importante será sin duda la aplicación de dicha metodología al propio proceso, buscando que el coachee defina y alcance sus objetivos de un modo extraordinario. Es más, habida cuenta de la multitud de disciplinas que se pueden aplicar a un proceso de Marca Personal, el número de herramientas tendería a infinito.
¿Qué hace falta entonces para ser un personal brander 360º?
Teniendo en cuenta todo lo anterior, digamos que para ser un personal brander 360º, un profesional capaz de acompañar a un cliente en todo el proceso de desarrollo de su Marca Personal, es necesario tener formación y experiencia en ambas disciplinas: la del coaching y la del Marketing. Es cierto que hablamos de Marca y de desarrollo profesional y de negocio, mas no podemos olvidar que el trabajo parte necesariamente de lo más profundo de la persona, por lo que el acompañamiento de un coach se torna igualmente esencial.
“Cuando se trabaja una Marca Personal, la persona es mucho más que los servicios profesionales que pueda ofrecer a un determinado mercado” (Jane R. del Tronco)
Otra alternativa sería la de contratar los servicios de dos profesionales, uno de cada disciplina, que trabajasen conjuntamente con el cliente para el desarrollo de su Marca Personal, alianzas estratégicas que de hecho ya existen en el mercado.
Y desde luego, como coaches, trabajar nuestra Marca Personal para posicionarnos de manera óptima en el mercado y permitir que aquellas personas que lo necesitan se beneficien de nuestros servicios, es fundamental.
Podéis disfrutar de este artículo completo y de otros muchos más en la revista Cuadernos de Coaching pinchando en el siguiente enlace.