Lo habrás oído mil y una veces en los últimos tiempos, ¡sobrevive el que es capaz de adaptarse! Y no el más fuerte (ya lo decía Darwin en su teoría de la evolución de las especies). Ser capaz de adaptarte a los cambios, de promoverlos, y vivir en una dinámica de mejora continua, es clave para tu futuro profesional y lo es aún más en un entorno digital.

Y es que si algo necesitan las organizaciones digitales es, sobre todo, personas flexibles y adaptables, que sepan resolver eficientemente problemas a los que nunca se hayan enfrentado e incluso adelantarse a lo que pueda surgir. Esto requiere, naturalmente, una actitud proactiva y un talante optimista extraordinarios, así como entrenarnos en una serie de habilidades básicas para un entorno digital que supondrán una clara mejora de nuestra empleabilidad. ¿Preparado para ponerte en valor?

1. Trabajo autónomo

Cada vez es más habitual encontrarse con profesionales que llevan la “oficina” bajo el brazo. La tecnología nos ha permitido vivir conectados al trabajo a cualquier hora y en cualquier lugar del mundo. Ante este nuevo paradigma tecnológico y esta forma de trabajar, el compromiso, la automotivación y la organización personal serán claves para que podamos contribuir con un buen trabajo a la empresa, independientemente del lugar donde estemos o los medios con los que contemos.

2. Trabajo en equipo

Si hablamos de nuevos entornos de trabajo, hablamos de profesionales que no necesariamente comparten un espacio físico donde trabajar, ni siquiera un horario. En este sentido, es cada vez más importante potenciar equipos capaces de trabajar en remoto, e incluso de autogestionarse. Para asegurar el éxito, será fundamental mantener una actitud de cooperación constante, una comunicación clara y una coordinación eficiente; y, por supuesto, perder el miedo a la innovación para sacar partido, por ejemplo, a todas las herramientas tecnológicas que facilitan nuestra relación con otros profesionales.

3. Adaptabilidad

Las organizaciones necesitan profesionales flexibles, proactivos y creativos que se adapten de manera óptima a un mundo que cambia constantemente. Sabemos que lo que determina el éxito en la transformación digital de una empresa no es la tecnología en sí misma, sino la capacidad de sus profesionales para adaptarse rápida y eficazmente. Esto hace que mantener una actitud de mejora continua, estar abiertos al aprendizaje constante, sea esencial.

¿Y cuál es el ingrediente que nos falta para comenzar a desarrollar todas estas habilidades, de verdad? La respuesta no es otra que la VOLUNTAD con la que nos enfrentemos a este gran reto. En esta ocasión sí podemos decir, que si quieres, ¡puedes!

¿Estás dispuesto a transformarte digitalmente? Pues, ¡a por ello!